OURENSE, 26 de noviembre de 2018.- El director del Centro Asociado a la UNED en Ourense-Aula Universitaria de A Rúa, Jesús Manuel García Díaz, y el profesor tutor y coordinador académico de dicho Centro, Julio Prada Rodríguez, ofrecieron sendas conferencias en Vigo y en A Coruña respectivamente. García intervino en las Xornadas O Movemento Obreiro en Galicia, organizadas por la Fundación Luis Tilve, en el salón de actos de la Casa Galega da Cultura, en pleno centro de la ciudad olívica, y Prada lo hizo en el marco del Ciclo de Conferencias Economía, Historia e Realidade Social, organizado por la Asociación Cultural O Facho, en la ciudad herculina.
El doctor García Díaz hizo un recorrido por los estudios existentes en la historiografía en todo el territorio nacional sobre la depuración de maestros en el franquismo, para luego explicar el aparato depurador llevado a cabo en este colectivo. Llamó la atención el ponente de la extrañeza que supone la existencia de estudios parciales sobre esta cuestión, incluyendo Galicia, y que, cuando a punto están de cumplirse treinta años del cambio metodológico que supuso el trabajo de Francisco Morente Valero, todavía continúan abordando la depuración del Magisterio nacional sin acudir y sin profundizar en los expedientes de esos maestros, que en su mayoría se custodian en el Archivo General de la Administración (AGA), en Alcalá de Henares.
García Díaz citó trabajos recientes publicados en Galicia que se quedan cortos precisamente por no utilizar los citados expedientes. En el caso gallego la provincia de A Coruña es una excepción, pues cuenta con el estudio más riguroso, del que es autor el director de la UNED en Ourense, y que está a punto de convertirse en monografía. La otra lo será Ourense, provincia en la que también, al igual que con la coruñesa, desde la Facultad de Historia de la Uvigo se trabaja en analizar los expedientes AGA. “Solo así se puede hacer un estudio profundo y completo de un territorio provincial, como A Coruña en el que no solo se atiende a la cantidad de maestros sino que el estudio riguroso de los expedientes aporta una radiografía impresionante de la sociedad rural y urbana coruñesa de aquellos años”, dijo el ponente.
“La Segunda República introdujo planteamientos educativos y pedagógicos por lo que, como hipótesis de partida, cabe pensar que los sectores más identificados con aquellos planteamientos debieron ser los que padecieron con mayor rigor el proceso de depuración”. No obstante, señaló el doctor García Díaz, “entendemos que el Magisterio español no puede ser tratado de modo homogéneo ni tampoco realizar una identificación apriorística, como muchas veces ha sucedido en la historiografía, entre republicanismo y Magisterio”. Añadió el director del Centro Asociado a la UNED en Ourense que esto es así “en primer lugar, porque un porcentaje muy significativo de docentes había sido formado y había accedido al ejercicio de su profesión en la Dictadura de Primo de Rivera y durante la Restauración, muy alejados, por tanto, de los valores republicanos”. El otro motivo, en palabras del ponente, es que “la brevedad de la experiencia republicana no podía provocar una mutación radical en el posicionamiento ideológico de la totalidad de un cuerpo numeroso y heterogéneo”.
El doctor García Díaz dejó claro que el proceso depurador ha de ser abordado analizando cada una de las instancias del mismo, viendo cuántos expedientes recibe cada una y cómo los resuelve, los recursos presentados y la sentencia final. Y analizar con minuciosidad los informes de cada instancia informante: Guardia Civil, alcalde, párroco, padre de familia de buenas costumbres, FET de las JONS, etc.
Desactivar cualquier rebeldía y engendrar fidelidades
El doctor Prada Rodríguez que es un referente en la investigación de la represión franquista a nivel nacional, habló de la represión económica tras el fracaso del golpe de Estado de julio de 1936. Su ponencia está basada en la investigación por él realizada que dio su fruto en la monografía Marcharon con todo. La represión económica en Galicia durante el primer franquismo, publicado por Biblioteca Nueva. Julio Prada señaló que la represión que sigue al fracaso del golpe de Estado “responde en sus inicios a una doble lógica: desactivar cualquier demostración de rebeldía y desobediencia y engendrar fidelidades compulsivas para asegurar la victoria. Este es el contexto en el que hay que situar las primeras suscripciones patrióticas y la articulación de todo un sistema de exacciones económicas del que fueron víctimas tanto izquierdistas como ciudadanos que no demostraban el entusiasmo esperado a la hora de contribuir al esfuerzo bélico o exteriorizaban conductas consideradas ‘poco acordes’ con las nuevas circunstancias”.
Aunque la dimensión política y recaudatoria resultan inseparables en todo el complejo entramado que abarca la represión económica, señaló el profesor-tutor y coordinador académico de la UNED en Ourense que “los intereses crematísticos fueron prioritarios durante los primeros meses de la guerra. Postulaciones y multas gubernativas proporcionaron la mayor parte de los recursos extraordinarios que los rebeldes pudieron desviar hacia los frentes de batalla hasta bien entrado 1937, pero enseguida las Comisiones de Incautación de Bienes tomaron el relevo en lo que se refiere al castigo del pasado social y político de los izquierdistas”. Indicó Prada que desde la entrada en vigor de la normativa de responsabilidades políticas, “más que la pura recaudación, comenzaron a primar otros objetivos: separar de la sociedad a los elementos peligrosos o nocivos y reintegrar a la vida cotidiana a los arrepentidos para que laborasen por la grandeza de la patria”.
La visualización del castigo a los infractores, la ejemplaridad con la que se quiso revestir su aplicación y el miedo a ser expedientado, más que la cuantía de la sanción, se convirtieron entonces, tal como relató el profesor de la UNED, “en una valiosa arma de disuasión e intimidación que inhibía cualquier muestra de desafección. Si su eficacia fue tan notable se debió a que no actuó de forma aislada, sino que se combinó con otros muchos mecanismos de coerción y de control social y también con los modestos incentivos de atracción que el régimen empezó a dispensar entre los afectos y los arrepentidos”. Porque, prosiguió el doctor Prada Rodríguez, “en definitiva, las responsabilidades políticas incidieron sobre una población psicológicamente desarmada, inerme, desmovilizada, que precisaba concentrar todas sus energías en la hercúlea tarea de sobrevivir en las difíciles condiciones de posguerra mientras los vencedores permanecían vigilantes y en alerta para aplastar la más pequeña muestra de desviación”.
En el citado libro de Prada se hace un somero recorrido por la realidad de este tipo de represión y tal es su nivel que lo constituye en uno de los pocos trabajos referentes existentes en España sobre la represión económica a partir de 1936.