OURENSE, 8 de marzo de 2022. “Gracias a la labor de las mujeres rurales ha sido posible el mantenimiento de la vida de los pueblos, el cuidado de los mayores y la actividad agraria tradicional”, dijo la doctora Marta Solórzano García, de la facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UNED, en su conferencia magistral ofrecida en la Diputación de Ourense dentro de la jornada Emprendedoras en femenino. “Las mujeres se han adaptado a las condiciones del medio rural siendo conscientes de las numerosas carencias de servicios, e incluso de movilidad. Estas dobles jornadas y la falta de separación entre el ámbito público y privado en estos contextos, no se visibilizan en los datos directamente, pero sí son explicativas de las bajas tasas de incorporación de la mujer al trabajo o la parcialidad de la jornada en las estadísticas del mercado laboral”.
El perfil sociodemográfico del Noroeste de España, dijo la ponente, “refleja una población de avanzada edad, en la que destaca una predominancia de las mujeres, que viven en entornos rurales de menos de 5000 habitantes, esta es la imagen que se desprende de los datos, que muestra un desequilibrio territorial que conlleva a que se eliminen recursos, y con ello se pierda una población que ya no es mayoritaria, la población activa, conllevando a una mayor despoblación y envejecimiento y consolidando un fenómeno conjunto de envejecimiento del territorio que pone en riesgo gran parte de las políticas públicas que deben asegurar las necesidades de la población”.
“Las zonas rurales se enfrentan a un problema de marcado envejecimiento al que se suma una pérdida de los grupos de población que están en edad activa y podrían amortiguar efectos derivados de la dependencia”, explicó la doctora Solórzano, quien añadió que “esta unión de envejecimiento y despoblación de grupos de edad activos conlleva un envejecimiento del territorio que pone en riesgo el desarrollo de políticas públicas tales como atención sociosanitaria, educación, bienestar social o integración social”.
Marta Solórzano expuso que entre los principales problemas que afectan a las zonas rurales nos encontramos con: “deficientes estructuras rurales, escasas oportunidades de empleo, inadecuadas infraestructuras y equipamientos, escasa diversificación del tejido económico, desvalorización social de la actividad rural y el abandono del campo por parte de la población más joven y dinámica”. Por ello, en un contexto semejante, se piensa en el emprendimiento social como una vía para mejorar la situación social y económica de las mujeres rurales. “Partimos de la idea de que igualdad no significa que las mujeres y los hombres lleguen a ser iguales, sino que los derechos y las responsabilidades y las oportunidades de las mujeres y los hombres no dependan de si han nacido hombres o mujeres. Pensamos que capacitar o promover a las mujeres rurales para emprender socialmente puede contribuir a su empoderamiento. El empoderamiento es el proceso por el que aquellos a los que se les ha negado la capacidad de tomar decisiones vitales estratégicas adquieren dicha capacidad. Este proceso depende de tres elementos: el acceso a los recursos (materiales, humanos y sociales), la capacidad de definir los propios objetivos y actuar en consecuencia (agencia), y el grado de cumplimiento de los objetivos”.
Solórzano García recordó que el emprendimiento social “busca generar un cambio positivo para la sociedad de una manera sostenible, desde el punto de vista social, medioambiental y económico. Para que esto sea posible dicho emprendimiento debe sustentarse sobre un modelo que genere impacto positivo en estas tres dimensiones. Esto es lo que se llama ‘modelo de negocio social”. El modelo de negocio social refleja los factores que componen un proyecto y que lo hacen viable. “Conocer estos factores y de qué manera se concretan en nuestro emprendimiento para que éste genere el impacto que perseguimos es fundamental”, manifestó la profesora de la UNED.
Encontrar una oportunidad
Para que un emprendimiento social sea exitoso desde el punto de vista de generación de impacto positivo en las tres dimensiones mencionadas el emprendedor, dijo la doctora, “debe encontrar una oportunidad. Y esa oportunidad viene representada por una necesidad a cubrir. Si alguien tiene un problema o una necesidad no satisfecha ahí hay una oportunidad de ‘hacer algo’, de emprender para satisfacerla y así, potencialmente, generar un proyecto de impacto”.
Indicó, además, que de la misma manera, “debemos encontrar una oportunidad de negocio para que el proyecto tenga viabilidad económica. Ésta podrá venir de la venta de un producto o servicio a los propios beneficiarios o a otras personas, grupos o entidades”.
“Cuando hablamos de emprendimiento social habitualmente lo vinculamos a la resolución de un problema. El término ‘problema’ evoca algo negativo, y cierto es que
en el caso de problemas sociales estos lo son porque afectan de manera negativa a las personas (muchas veces y sobre todo a las más vulnerables) y/o al medioambiente. Es por lo negativo de la situación que los emprendedores se ‘enfadan’ y deciden tomar acción y provocar así un cambio hacia una nueva realidad que entienden más positiva. Pero como donde hay un problema hay también una oportunidad, los problemas sociales actuales representan oportunidades tanto desde el punto de vista de cubrir necesidades como de ser negocios sostenibles”, aseguró Marta Solórzano en este foro de emprendedoras ourensanas.
La ponente fue presentada por el director de UNED Ourense, Jesús Manuel García, quien felicitó a la Diputación por su programa de emprendimiento Emprendou, del que depende el acto celebrado en el Centro Cultural Marcos Valcárcel. La diputada de Emprendemento, Luz Doporto, hizo de maestra de ceremonias durante toda la jornada, abriendo el acto con un recuerdo a las mujeres ucranianas que sufren la situación actual de guerra. A continuación mostró el interés que despierta este programa en tantos jóvenes emprendedores en los municipios más rurales de la provincia.
Se celebró una mesa redonda en la que participaron María del Carmen Canal, consejera delegada de Aceites Abril; Marisol Nóvoa, presidenta de la Confederación Ourensana de Empresarios; Inés Rodríguez, fundadora de RIR&CO, Allariz; Araceli Macías, fundadora de la cooperativa Outonía, en A Veiga; Ana Álvarez, fundadora de la firma Cosmética Natural en Sarreaus y Leticia Rodríguez, arquitecta de RDL Estudio, en Ribadavia. Estuvieron moderadas por Luz Doporto.
Durante unos minutos cada una de estas veteranas y también jóvenes emprendedoras contaron sus experiencias. María del Carmen Canal recordaba cómo su producto fue muy promocionado por cientos de asociaciones de amas de casa de toda Galicia que acudían a Ourense a ver la fábrica e interesarse por el aceite. Con gran sencillez explicó que el desarrollo de su empresa vino poco a poco, con constancia e ilusión, actuando según “vayan surgiendo las circunstancias”.
Marisol Nóvoa contó cómo estudió Derecho en una época en que era una carrera masculina. Quiso desde niña ser abogada y lo logró, y le permite vivir de ello. “Y compagino mi trabajo de abogada con la presidencia de la CEO, por la que no cobro nada, al contrario de lo que algunos piensan”, dijo. Y las tres jóvenes expusieron cómo sus proyectos nacieron y se pusieron en marcha coincidiendo con la pandemia y el confinamiento, lo que provocó más de una preocupación por cómo les iría la aventura emprendedora.
Ana Álvarez vivió con sus padres en la costa andaluza y la familia es natural de Sarreaus. Pues se vino al pueblo de sus abuelos a emprender. “Puedo ir a Madrid, venir a Ourense, viajar, hacer lo que quiera”, señaló refiriéndose a su proyecto de vender cosmética natural por internet. Y en el pueblo limiano está, dijo, feliz. Los testimonios de las participantes gustaron al público que llenaba la sala. Había emprendedoras varias, autónomos, también estaban el vicepresidente de la Diputación, Rosendo Fernández; el presidente de Cruz Roja, Felipe Ferreiro; la decana del Colegio de Economistas, Carmen Sampayo, la vicerrectora en Ourense de la Universidad de Vigo, Esther de Blas y el director de UNED Ourense, Jesús Manuel García, entre otras organizaciones ourensanas.
Homenaje a la consejera delegada de Aceites Abril
La jornada contó también con la coach coruñesa María García Trincado, que intentó animar a emprender, y a recordar todo lo que se necesita para afrontar una iniciativa de esa envergadura, e hizo actuar al público con una serie de preguntas.
Esta jornada finalizó con un homenaje a María del Carmen Canal, que recibió una estatuilla que le entregó el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, quien destacó la grandeza de esta mujer, incluyéndola entre las grandes ourensanas de la historia. También aludió al Padre Feijoo porque fue autor “do primeiro tratado feminista da historia”. Baltar agradeció el aprovechamiento del tiempo de las jornadas y felicitó a todas las emprendedoras de la provincia. Dijo que espera que haya más jornadas como esta cada año de modo que se conviertan en un clásico cada 8 de marzo.
Al término del acto se entregó a todos los asistentes un ejemplar de la publicación Mujeres en Acción. Una guía para el emprendimiento.
UNED Ourense
Comunicación