OURENSE, 31 de octubre de 2023. Delmira Santos Maquieira tiene 84 años y es la alumna más veterana de la UNED Senior en Ourense. Vive en el municipio de Maside, a más de 20 kilómetros de la capital de la provincia y acude a las clases en el Centro Cultural Marcos Valcárcel en su coche. Si está su hijo menor, la lleva y trae; si está sola, es ella quien se pone al volante. Se declara una mujer nada conflictiva y muy feliz. Y eso es lo que transmite al verla, siempre sonriente, amable y agradecida.
-¿Cuántos años lleva en UNED Senior Ourense?
-Desde que se puso en marcha, hace algo más de seis años. Estoy contentísima, no me cuesta nada y vengo desde Maside, 22 ó 23 kilómetros, porque yo voy por la carretera vieja, no por la autovía.
-¿Pero sigue conduciendo o sólo a veces?
-Sigo, sí, sí. Sigo conduciendo y tengo que renovar el carné ahora en noviembre y confío en que pueda renovarlo de nuevo, porque practico bastante.
-¿A que se dedicó en la vida?
-Trabajé de dependienta en Almacenes la Verdad, en la calle Pontevedra, aquí en Ourense. Allí trabajé 25 años, primero de soltera y después, de casada. En ese trabajo conocí a mi marido. Una vez casada trabajé menos tiempo porque enseguida me quedé embarazada y tuve un paréntesis de 15 años criando a mis hijos, y posteriormente retomé mi trabajo en la misma empresa. Tuve unos jefes buenísimos, muy considerados, con facilidad de horarios para que yo pudiera ejercer ya que no tuve muchacha en casa. La muchacha era yo, en casa y en el trabajo. Y crié a unos hijos que me salieron maravillosos, todos con carrera.
-¿Cuántos hijos tiene?
-Cinco, tres mujeres y dos hombres. Los varones son militares y una de las hijas es empresaria, otra, profesora en la Universidad de Granada, y otra, con un cargo de jefa en unos grandes almacenes en Girona.
-¿Cuándo se decidió a asistir a estas clases en la UNED Senior?
-Tengo que decir que me animó la entonces profesora Josefina Pato cuando esta estaba en el campus de Ourense. Me invitó y le dije que no me gusta faltar porque me quedé viuda y me gusta estar con mis hijas en Girona. Me insistió, quise matricularme pero estaba fuera de plazo y asistí de oyente un curso hasta que me vine a la UNED Senior para el Marcos Valcárcel.
-¿Qué supone para usted, Delmira, estar matriculada todos estos años en la UNED Senior?
-Pues supone una alegría grandísima. La UNED Senior me estimula muchísimo. Yo hice el Bachiller en el Otero Pedrayo, pero dejé de estudiar por necesidades familiares. Al llegar a estas clases, recordé todo lo que había estudiado en aquel entonces y a mis profesores. Mire, fuimos en el curso pasado a hacer una visita cultural al cementerio de San Francisco y resulta que pasando vi la tumba de mi profesor de música, el maestro Vide y me hizo ilusión verlo allí, a ese profesor que me dio clases de Música cuando era una niña. ¡Me hizo una ilusión bárbara! Yo vengo a la UNED Senior muy contenta. con mucha ilusión. Allí en el pueblo me dicen muchas veces: "¿pero ahora qué vas a estudiar de mayor?". Pero yo sigo.
Delmira es una mujer feliz, que transmite vitalidad y se siente realizada con su asistencia a las clases en la UNED Senior ourensana.
-¿Cuál es la materia que más le gusta?
-A mí me gusta muchísimo todo lo que es..... ¡bueno es que toqué todas las asignaturas: Filosofía, Arte, Derecho, Galicia en imágenes, todas las que daba Josefina. Hubo cursos en los que asistí a dos clases en una sola tarde, cuatro horas. Salía de noche en invierno y me iba yo sola a Maside, con niebla, con lluvia...
-¿Se preocupa por leer o profundizar algo más en los temas que escuchó en clase?
-No. Yo estoy muy atenta en la clase, tomo muchos apuntes y entonces sí que repaso un poco la clase, con lo que escribí, para que se me quede, porque escribiendo se me queda mucho mejor en el cerebro ya que escuchar, escuchar escuchas mucho y no asimilas todo, pero si lo escribes... yo anoto todo y así me queda más. Y después, en conversaciones que tengo con las amigas, pues estoy un poquito avanzada.
-¿Y qué le dicen ellas? La notarán muy puesta...
-Nada, me quieren y tengo amistades muy buenas.
-¿Cómo es un día en su vida, Delmira?
-Lo primero que hago es levantarme temprano, desayunar y hacer crucigramas, sopas de letras, autodefinidos..... Estoy dos horas haciendo eso, que eso despeja la mente muchísimo. Así no hago ruido para los demás, estoy tranquilita y muy animada. Después camino cuatro kilómetros diarios y a veces más porque, de vez en cuando, venimos a Ourense, dejamos el coche en el Couto y desde allí venimos andando al centro de la ciudad. O venimos de mañana y hacemos compras, y parece que no caminas nada y, a lo mejor, has hecho tres kilómetros, más los cuatro de la mañana... es mucho para mi edad. Doy gracias a Dios porque tengo buena salud.
-¿Hace algún sudoku?
-No, sudokus no; crucigramas.
-¿Cuáles son sus aficiones?
-Me gusta tener amigas, ir la cine, me encanta el cine; me gusta la fiesta, me gusta bailar. Tengo una amiga de mi misma edad que es más bailarina que yo, estuvimos en las fiestas de Maside y bailamos todas las canciones bailables. Somos muy felices. Yo soy muy feliz, me levanto cada mañana siempre con mucha energía. Es algo natural que tengo porque no hago esfuerzo alguno, soy muy sonriente, no soy conflictiva, soy una persona que tiene buenas amistades, todo el mundo me habla y todo el mundo quiere estar conmigo...no sé...eso es una cosa de siempre. Yo estuve detrás de un mostrador, siempre fui agradable, siempre dí facilidades a la gente y a veces tenía que hacer de psicóloga porque la gente venia y me contaba cada cosa... No me importaba para nada. Yo escuchaba por educación y a veces por compadecerte un poco, porque la gente necesita hablar.
-Da gusto verla en UNED Senior.
-Muy contenta. No fallo ni un día. Tengo una ilusión bárbara por venir a la UNED Senior. Al vivir en un pueblo, a mí ciertas cosas no me van, y vengo a clases. A veces también venimos de mañana a comprar por aquí por allá y vamos al Latino a tomar un chocolate con churros. Uno de mis hijos, militar de Aviación, se prejubiló y quiere estar conmigo porque los otros están todos fuera, vienen cuando pueden , estamos siempre con el teléfono y eso, pero no pueden estar conmigo. Dios, que me quitó el marido muy pronto, a los 63 años, me dio unos hijos maravillosos.
UNED Ourense
Comunicación