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El ejército y la infancia, dos ejemplos donde aplicar la historia social

9 de marzo de 2021

Los profesores Óscar Rodríguez y Luis Velasco protagonizaron el segundo día de las Jornadas de Historia Contemporànea y del Tiempo Presente, organizadas por UNED Ourense y la Uvigo 

OURENSE, 9 de marzo de 2021.-Las Jornadas de Historia Contemporánea y del Tiempo Presente que organizan el Centro Asociado de UNED Ourense y la Uvigo llegaron hoy al segundo y último día de ponencias. En esta ocasión los seguidores pueden conocer detalles de dos aplicaciones de la historia social, una en el ejército y otra en la infancia.

Sobre la infancia, el profesor Óscar Rodríguez García, señaló que el interés de las distintas Ciencias Sociales por ella a lo largo del siglo XX “es inseparable de los debates políticos sobre el lugar social que la infancia tiene que ocupar en la sociedad desde las primeras décadas del siglo del niño, y que tienen como hitos la materialización de la Declaración de Ginebra de los Derechos del Niño (1924), la Declaración de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas (1959) y la Convención sobre los Derechos del Niño (1989)”. Pese a ese interés, Rodríguez indicó que “las distintas aportaciones disciplinares (Sociología, Antropología, Historia…) a este campo de estudio, se ocuparon indirectamente y de manera instrumental de los niños y niñas sin considerarlos una unidad de análisis propio y siempre formando parte de investigaciones de los contextos de socialización tradicional de la infancia, la familia y la escuela”.      

“En el caso de nuestra disciplina, los últimos rumbos de la historiografía, con las aportaciones de la Demografía histórica, de la Historia de la educación, de la familia, o de las relaciones de género, permitieron que los niños y niñas fuesen posibles sujetos de estudios históricos, lo que provocó, a su vez, que habían pasado de ser una categoría social invisible a una visible”, manifestó este profesor.

Como objeto historiográfico reciente, añadió, “la infancia en la investigación histórica toma forma desde diversas influencias. Primeramente, se partió del francés P. Ariés que con El  niño  y la vida familiar en el  Antiguo  Régimen inicia esta especialidad desde una perspectiva de la historia de las mentalidades. Un aporte natural es el de la Historia social, que con los primeros  aportes de la Sociología a la historia (Émile  Durkheim, Max  Weber,  Norbert Elías…)  y desde la perspectiva de los sentimientos y de la relación en el hogar, incorpora el papel del niño como un elemento fundamental en la sociedad conyugal, posibilitando la búsqueda de las condiciones de vida de los menores, dificultada por la escasez de fuentes y la percepción de la incapacidad del adulto para entender la perspectiva histórica de la infancia”. Al mismo tiempo, Rodríguez destaca “los  aportes del Estructuralismo, especialmente el francés, y concretamente el modo personal con el que usaba ese método M. Foucault para sus estudios críticos de las instituciones sociales. Por último, destacar el interesante debate a tres frentes suscitado entre los enfoques de Ariés, rebatido por Lloyd De  Mause desde una perspectiva “psico-histórica”, próxima a la Historia de las mentalidades. Ambas tesis para Linda Pollock se muestran interpretativas en exceso, ya que las fuentes de ambos son para la profesora británica poco fiables, y propone otras aportaciones documentales”.

El “descubrimiento” de la infancia por los historiadores “se mueve, de este modo, entre la percepción de la infancia en un tiempo histórico -trato/sentimiento hacia la infancia-, como visión externa de la niñez centrada en su socialización en las instituciones clásicas -familia, escuela, estado-, hasta la reconstrucción de las vivencias de la niñez a través de fuentes secundarias y la cultura material. Esta aportación de la Historia fue fundamental para el resto de disciplinas sociales con interés en la infancia, al reparar en ella como una construcción sociohistórica. Aporte este destacado para la Sociología, que partirá de esta tesis para dar forma a una  subdisciplina con entidad propia dentro de la propia Sociología y que tiene por objeto la infancia como unidad propia de estudio”, dijo el ponente.  

En las últimas décadas del siglo  XX la Sociología de la infancia tomó forma gracias a los  aportes de autores como Chris Jenks, Alan Prout, Allison James, Berry Mayall, Williams  Corsaro el  Jens  Qvortrup que comenzaron a proponer “una nueva perspectiva sociológica de aportación a la infancia con una intensa actividad en el plano de la investigación y de la reflexión teórica, orientadas ambas por tres objetivos principales:

  • Contribuir al crecimiento de las Ciencias Sociales en general, incorporando la visión de uno de los grupos componentes de la sociedad, a menudo olvidado.
  • Acercar explicaciones sociológicas en el necesario enfoque interdisciplinar de un fenómeno complejo como es la infancia.

  • Dar visibilidad a los niños como actores sociales, en línea con las orientaciones de la Convención Internacional que los reconoce como sujetos de derechos.

“Es por eso que la Sociología de la infancia fue la primera disciplina en percibir a los niños y niñas como actores sociales y que consideró la infancia como parte de la estructura social hasta consolidarse como un campo científico propio dentro de un campo mayor como el de la Sociología. En este sentido, las principales premisas teóricas que fundamentan las investigaciones sociológicas sobre la infancia en la actualidad son: considerar la infancia como una categoría permanente en la estructura social; afirmar que la infancia es una construcción social y una variable de análisis, al igual que lo son la clase, el género y la etnia; los niños y niñas deben ser estudiados en sí mismos (también sus relaciones sociales y sus culturas); y que son actores y agentes sociales en la construcción de sus propias vidas.

En definitiva, señala Óscar Rodríguez, “la infancia como objeto y sujeto en la Historia tuvo un proceso semejante, pero sin un marco teórico y conceptual que había puesto el foco en la infancia como campo  disciplinar propio y como construcción  sociohistórica, con el que un diálogo con la Sociología de la infancia permite al historiador repensar la niñez desde nuevos parámetros”. La contribución teórica, conceptual y metodológica de la Sociología de la infancia, junto con las herramientas del historiador “nos permitiría un acercamiento a la niñez como fenómeno social, así como estudiar las relaciones de poder que desarrollan las niñas y niños entre sí y con las personas e instituciones adultas desde un punto de vista generacional. Esta aportación  sociohistórica a la infancia supone un sugestivo paradigma de análisis que permite a los investigadores una sistematización del estudio de la infancia como componente esencial y permanente de las sociedades”, finalizó el  ponente.      

Ver la intervención de Óscar Rodríguez.

Para el caso del ejército, habló el profesor  Luis Velasco Martínez, quien hizo una aproximación a la relación de la  historiografía con la Sociología mediante la historia militar de España. Se identifican algunas herramientas y algunos autores de la Sociología de utilidad para interpretar la historia militar española en el siglo  XX.

Ver la intervención de Luis Velasco Martínez.

La tercera jornada, estará dedicada a la realización de una serie de actividades que permitirá obtener el certificado/diploma. Dichas actividades se contienen en un documento pdf que se puede consultar pinchando aquí.

 

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