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Jesús Manuel García: "Con la memoria del templo de la Encarnación en Celanova, Palacios abogaba por dejar la modernidad de 'fórmulas aburridas, para edificios civiles"

6 de octubre de 2021

El director de UNED Ourense expuso los trabajos del arquitecto porriñés, de gran componente regionalista, tanto en la villa de San Rosendo como en la ciudad de Ourense, con las trazas para ubicar una plaza monumental frente a la fachada principal de la catedral

OURENSE, 6 de octubre de 2021.- El director de UNED Ourense, Jesús Manuel García Díaz, disertó en las Jornadas de Antonio Palacios sobre dos proyectos de este arquitecto pensados para Celanova y Ourense, y que no pasaron del papel. El primero de ellos es el correspondiente al santuario de la Virgen de la Encarnación, proyecto firmado en Madrid, un 15 de agosto de 1918. Sería emplazado en las proximidades de la villa, en medio de un paisaje de belleza interior que pretendía ser una parte tan importante como el edificio proyectado. Palacios argumentaba que para conseguir el objetivo había que desposeer a su arquitectura «de un aspecto alambicadamente urbano, que disonaría de la belleza libre de los campos». Habla el arquitecto de utilizar piedras informes, despositadas en aquel lugar sin preocuparse de su tamaño «cuya medida habrá de darle las fuerzas materiales del que las ofrende» y ello ayudará, dice, al carácter genuino de los santuarios gallegos de los montes, «continuando, así, la tradición de doce siglos de nuestra venerable arquitectura románica gallega». García Díaz señala que "observamos en estas palabras del arquitecto, acerca del emplazamiento y carácter del santuario, características regionalistas obvias".

Pero a la hora de referirse al estilo, Palacios advierte que el santuario celanovense iba a inspirarse en el románico sí, pero, lo deja bien claro, «sin llegar a la inútil, por otra parte imposible, copia servil». Él quería recoger la esencia de ese estilo medieval tan implantado en el paisaje rural gallego, de lo que él denomina «nuestro arte regional», para «verterla en nuevas organizaciones constructivas», respetando la disposición general a la que obligan los ritos.

Antonio Palacios dejó escrito en la memoria del proyecto que su recurrir al estilo románico iba a ser acentuado de un modo sutil, con «una cierta reminiscencia orientalista, ya propia del estilo, para seguir a una distancia de varios siglos, a ese prodigio de arquitectura más pequeña y más grandiosa que conozco». El autor de las trazas quiso retornar a la «encantadora policromía gallega, de la que se guardan curiosos ejemplares». Señaló el doctor García Díaz que Palacios era partidario de aplicar color a la piedra porque consideraba que la policromía en nuestra arquitectura formaba parte del ser del hombre gallego. Y planteaba dotar de color a muros y artesonado, al óleo o al temple, y decorar la portada principal con pinturas de esmalte y oro.

 "Otro detalle regionalista se aprecia cuando el arquitecto describe el exterior del santuario. Así, en lo alto de la torre y en el imafronte pretendía colocar almenas, lo que él denominaba el 'galleguísimo almenaje apuntado', que le recordaba el aspecto fortificado de varias iglesias medievales gallegas y de Portugal, como las catedrales de Tui, Coímbra (Sé Velha) o la propia catedral de Ourense y así, nos dice Palacios que 'se obtendrá a un tiempo mismo, el respeto a nuestra arquitectura tradicional y la suficiente dosis de modernidad necesaria a toda justa evolución arquitectónica'. "En esta memoria que se conserva en Celanova queda bien claro que Palacios abogaba por dejar para los edificios civiles o de otra índole la modernidad, en sus palabras, 'los procedimientos más avanzados del arte de construir y las formas absolutamente escuetas que pregonan ya muchos como fórmula, algo aburrida, pienso yo, de la arquitectura del porvenir'. Más ambiente regionalista en las trazas de la Encarnación cita su autor al describir la distribución de la planta, que diseñó para acoger las celebraciones religiosas cargadas de la sencillez propia de los 'pequeños templos campesinos de Galicia'. Como el edificio no iba a ser grande, las concentraciones de fieles se extenderían por el prado de un paisaje desde luego, muy propio de la tierra, que bien podría formar parte, según Palacios, 'de uno de los más pintorescos cuadros de costumbres regionales, digno del pincel de Sotomayor'. Toda la planta del santuario iba a ser un ábside, haciendo de nave y de bóveda el terreno natural y el cielo. La puerta principal sería el propio arco triunfal que en muchas iglesias da acceso a la capilla mayor, al ábside principal. Desde allí podría celebrarse la misa solemne de la Virgen de la Encarnación con los fieles colocados en la explanada presidida por un cruceiro junto al cual manaría la llamada fuente santa", señala el ponente.

Dentro del ábside colocaría el baldaquino para la imagen de la Virgen y ante él, el altar. El baldaquino sería decorado en tono dorado, quizás como el que protege la imagen del Apóstol Santiago en su catedral. Detrás del baldaquino, Palacios trazó una girola o deambulatorio porque quería aportar a este santuario una característica de ese tipo de templos gallegos, orar caminando de rodillas o en pie, en torno del altar. Ese deambular de fieles podría verse desde el exterior del ábside merced a una sucesión de arcos grandes, rebajados y abiertos en el muro que a la vez permitirían contemplar desde el exterior la imagen de la patrona de la villa ourensana. Ideó  Palacios un edificio construido utilizando sillares toscos en fábrica de mampostería, tal como era tradicional en las antiguas construcciones gallegas. En los lugares preferentes colocaría sillares tallados. En las hiladas inferiores y ángulos de muros pretendía colocar sillares grandes, también en los contrafuertes, dejando las piedras más ligeras para las zonas superiores. "Y vuelve a referirse al interés por la arquitectura vernácula frente a las nuevas tendencias, que no duda en calificar de 'repulsivas'. Una vez más las trazas del arquitecto porriñés para Celanova denotan aire regionalista, ahora en las cubiertas, pues eligió armaduras de maderas con artesonado visto al interior, 'como es constante práctica en las antiguas iglesias de Galicia'. El baldaquino de la Virgen se pensaba realizar en cerámica dorada", indica el director de UNED Ourense.

El doctor García Díaz señaló que "Palacios trazó en total ocho planos de este santuario de los que no se tiene constancia acerca de su paradero. Son los siguientes: Alzado del imafronte, alzado posterior del ábside, fachada lateral derecha, fachada lateral izquierda; sección longitudinal y sección transversal. Todos los llevó a cabo a escala 1:100. Otros dos están a escala 1:20 y son los de detalle de las arquerías del ábside y ornamentación interior y detalle de la puerta principal (frente, sección y planta, con el detalle de su policromía). No sería costosa la decoración de este santuario pues ya marcaban estética suficiente, al decir del arquitecto, «sus bien acentuadas y definidas siluetas». En la puerta principal el simbolismo remitiría a la Catedral de Santiago. Se la llamaría Puerta de los Ángeles y de los Pájaros, con los ángeles dispuestos en semicírculo, como la tradición del Pórtico de la Gloria. Todo el programa simbólico sería el mismo que le es propio a los templos románicos. En la decoración interior del ábside se pretendía plasmar el ciclo vital de la Virgen María. El santuario se tendría que levantar por suscripción popular, por lo que en su memoria Palacios no pudo, en aquel 1918, plasmar el presupuesto exacto de su proyecto. Sorprendió en su memoria cuando, a continuación, insistió en haber reflejado una construcción lo más barata posible y aún añadía su desinterés, propio en otras obras por él trazadas para Galicia".

 Al año siguiente, en 1919, se presentaba un documento titulado Presupuesto del nuevo Santuario de Ntra. Sra. de la Encarnación costeado por suscripción iniciada por don Castor Brandón, situado en las inmediaciones de la Villa de Celanova. Este documento se le envió a Brandón por Serafín Barros, el 11 de abril de 1919, para darle a conocer el presupuesto del proyecto de Palacios. El total era de 149 251,60 pesetas, cantidad resultante de sumar 19.467,60 pesetas a 129.784,00, debido a la aplicación de un incremento del 15% por dirección de las obras durante su construcción. En ese documento Barros informaba a Brandón incluso de la ubicación de dos canteras para extraer las sillerías.

Una plaza para la catedral ourensana

El segundo proyecto de Antonio Palacios para Ourense es el que consistía en diseñar una plaza para un lugar donde nunca la hubo, delante de la fachada occidental de la catedral. Jesús Manuel García contó la historia de este proyecto que se remonta a 1926. "El primero de los proyectos para esta plaza es de la autoría de Palacios, un arquitecto de formación conservadora, ecléctica, influenciado desde sus tiempos de estudiante, entre otros, por Violet-le-Duc, lo que se detecta en la dotación de almenas para la fachada de la catedral, según vemos en su proyecto para la misma", indica el ponente. Un proyecto no desconectado de las influencias recibidas, "pues también detectamos ecos del haussmanismo, lo que se ve en las opiniones a favor de acabar con calles históricas estrechas, oscuras y con edificios de viviendas insalubres. Este aspecto es muy bien definido por Basilio Álvarez durante el acto de presentación del proyecto a la sociedad ourensana, en octubre de 1927", añade García Díaz. En efecto, la plaza trazada por Palacios supondría eliminar los vetustos inmuebles entre la plaza de Santa Eufemia y el frente norte de la Praza Maior, dotando a la zona de cuatro edificios con un diseño completamente distinto al de las construcciones allí existentes. En esos cuatro edificios así como en la colocación de una bóveda acristalada sobre el cruce de las calles Arcedianos y San Martín el arquitecto delata su conocimiento de la Escuela de Chicago, sin olvidar las referencias al París del XIX".

"Cierto es que en los primeros años del siglo XX la legislación sobre el patrimonio español no contemplaba la conservación suficiente de los centros históricos de nuestras ciudades. Por ello el mayor problema con el proyecto palaciano no era derribar las viajas casas sino su coste económico. Un espacio tan sensible como el inmediato al frente occidental de la catedral ourensana levantó en la sociedad un gran interés por ver construida una plaza ante el templo episcopal. Y, de hecho, la ciudad consiguió ver allí una plaza, la actual, que en nada se parece a lo que había trazado Antonio Palacios. La actual es obra del arquitecto Francisco Pons Sorolla, con un diseño más modesto y sencillo. Aún así este segundo proyecto quedó incompleto pues no se construyeron los soportales previstos para el frente sur. Pons Sorolla jugó con las posibilidades reducidas que le brindaron y echó mano de la perspectiva para, en un espacio tan reducido, contemplar de la mejor manera posible la catedral, sobre todo su torre de las campanas", dice el director de UNED Ourense.

En la historia de esta plaza surgió y todavía pervive, manifiesta el ponente, "la idea de abrir una plaza más amplia para liberar el frente occidental catedralicio. Ello no es posible a estas alturas porque el centro histórico de Ourense es BIC, como la catedral, As Burgas, el Liceo, el Palacio episcopal antiguo... De todos modos,  liberar toda la fachada de poniente de la catedral, no nos daría una vista espectacular de la misma dado que en ella domina la horizontalidad antes que la verticalidad. Destacaría sobremanera la pesadez de la torre de las campanas, y el primer y único cuerpo de la torre de San Martiño acentuaría la horizontalidad de esta importante fachada medieval. "Con las perspectivas creadas por Pons Sorolla la catedral ganó cierta verticalidad que se aprecia al lanzar la vista hacia la torre campanaria, escondida tras el edificio municipal. El juego de perspectivas de Pons Sorolla tiene que ver con la incómoda escalinata que solo da acceso a la puerta central de las tres que configuran el portal de poniente. Una escalinata que reduce el espacio público".

El doctor García Díaz expuso una tercera actuación en esta plaza, que afectó al frente sur. La reconstrucción de un edificio en la rúa das Tendas con fachada también a la calle posterior, restó un espacio de hasta 1,50 metros a la plaza. Desapareció una fachada medianera de siglos. 

La conferencia terminó haciendo referencia García también a la presencia de Antonio Palacios en Seixalbo, para evitar que el párroco pudiese vender una talla medieval de la Virgen a anticuarios de Madrid.

ESTAS JORNADAS PUEDEN SEGUIRSE DE DOS MODOS:

-Presencialmente acudiendo al salón de actos del Centro Cultural Marcos Valcárcel

-Los que han optado en seguir en directo via streaming adjuntamos un PDF con las instrucciones a seguir. Los que son alumnos de la UNED aplican sus propias claves de acceso, los que son ajenos a la UNED siguen las instrucciones descritas y sus claves de acceso serán estas:

 

Usuario:       alumno1

Contraseña: 20121generico 

Luego ambos, los UNED y NO UNED acceden (tal como está descrito en el pdf)  al enlace

http://www.intecca.uned.es/portalavip/directos.php?ID_Grabacion=490980&ID_Sala=320036

y verán en su pantalla el evento Jornadas Antonio Palacios (a conectarse a las 19 h).

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